
sus heridas sus llantos y lamentos,
por las guerras, azotes virulentos
sembrando de negrura los armiños.
Con ojos implorantes de cariños
estremecen del alma los cimientos;
pavorosas las letras de los cuentos
se escapan del papel y sus aliños.
Infancia cruel, por bombas coreada,
con fragores que no permiten sueños,
ni candorosas risas, ni canciones.
Humo que cierra el paso a la alborada
por sangrantes y pérfidos empeños.
Teñidos de dolor, los corazones.
María Bote
Amiga querida y compañera Mari, no se puede reflejar mejor cómo tiene que ser la infancia en mitad de una guerra.Un abrazo Juana-Mª.
ResponderEliminarGraciassss, querida J. María.
ResponderEliminarBesos. Mary
MARY es un placer para mi leer tus escritos.
ResponderEliminarbess y abrazos.